Donde el fútbol encontró su forma moderna, cada partido es un capítulo más en la larga saga de una nación. Las tardes grises se iluminan con los vítores de multitudes que siguen a sus equipos con devoción casi religiosa. Desde los campos embarrados de pequeñas aldeas hasta los estadios monumentales de Londres, el fútbol marca el pulso de la sociedad. Es más que un deporte; un legado de pasión que se transmite de generación en generación.